7 nov 2011

EL ARTE DE COMUNICAR

COMUNICAR no se reduce sólo a enviar un mensaje con el propósito de cumplir una meta u objetivo. Implica poner en juego una serie de factores y generar un alcance que va más allá de lo aparente, de lo explícito.
Comunicar es dar a conocer nuestra forma de pensar, la perspectiva desde la cual observamos y concebimos al mundo. Incluso transmitimos valores, pensamientos, conceptos y hasta prejuicios en nuestros mensajes.
Comunicamos desde el lugar que ocupamos en el espacio social y no podemos prescindir de ello. Lo hacemos mediante la palabra escrita u oral, y a través de imágenes, símbolos, posturas, tonos e inflexiones de voz, sonidos, formas de comportarnos individual y socialmente, de vestirnos, etc.
Comunicamos cultura, porque además de estar inmersos en ella, ella misma es una de las partes constitutivas de nuestro ser. Sin embargo, es necesario discernir y separar entre la comunicación que producimos como actores sociales, que usamos constantemente en nuestra vida diaria,  de la comunicación que se transmite a través de los medios masivos de difusión,  los tradicionales (radio, tv, gráfica) y los más innovadores (Internet) o la que llega a varias personas al mismo tiempo, pero en ámbitos más reducidos, como empresas, instituciones educativas, religiosas, culturales, sociales, etc.
Al  COMUNICAR estamos formando opinión, transmitimos ideas y pensamientos que influyen de alguna manera en quienes receptan el mensaje. Por lo tanto debemos ser cuidadosos, efectivos y claros. Debemos estimular la formación del espíritu crítico, brindando conocimiento e información con un plus distintivo, que puede estar ligado a la creatividad, e innovación, pero también a la ética y a la responsabilidad.
En pocas palabras comunicar es un arte. Y si bien el contexto y los medios condicionarán con frecuencia el contenido, forma y estilo de nuestros mensajes, no debemos olvidar el espíritu genuino que impulsa el oficio, ni la esencia a partir de la cual producimos los discursos de la más variada naturaleza,

1 nov 2011

Los SOUVENIR, un elemento con diseño o ingenio.

Los más preciados.
Un souvenir, suvenir o recuerdo (del francés souvenir: "objeto que sirve como recuerdo de la visita a un lugar"), es un objeto que atesora a las memorias que están relacionadas a él. Esto es análogo a la explotación psicológica del condicionamiento clásico. Por ejemplo, si un viajero compra un souvenir en unas vacaciones memorables, asociarán muy probablemente el souvenir a las vacaciones. Recordará ese momento especial cada vez que lo miren.
El término se utiliza para los artículos traídos al hogar de lugares turísticos. Tales artículos están marcados a veces o grabados para indicar que su valor es sentimental más que práctico.
Los que siempre buscamos para la Tía/o.
Los viajeros compran a menudo souvenires como regalos para sus seres queridos. Esto es común en muchas culturas. En Camerún, por ejemplo, la idea es que alguien que puede permitirse viajar puede también permitirse traer algo (cadeau) para los que no puedan. El pan francés es un cadeau particularmente popular. En Japón, a estos recuerdos se les conoce como omiyage y se compran para ser compartidos con los compañeros de trabajo y con familiares. Las ventas del Omiyage se han vuelto un gran negocio en los sitios turísticos del Japón. En muchas estaciones de tren y aeropuertos venden estos regalos a modo que los viajeros puedan comprar un omiyage de última hora antes de volver a casa.
Los souvenires pueden incluir artículos caseros como por ejemplo Edificios Souvenir, tazas, postales, ceniceros, libretas, camisetas o sombreros, entre muchos otros.

Otro tipo de souvenir, son aquellos que se dan en las fiestas o eventos. Que por lo general tampoco tienen una funsión util, sino que más bien quedan ligados a ese momento especial que compartieron con sus invitados.
Y también estan los que recibimos de Empresas frente al lanzamiento de un producto, cambio de imagen o sólo por mera publicidad.

Los preciados Pin para los chicos.
Que bueno recibir un vinito a fin de año.
No faltan en ninguna casa.