¿Cómo traducir "flyer" al castellano?
La definición en inglés dice que "Flyer" es un "advertising leaflet", literalmente, un "folleto publicitario".
La palabra flyer como la española 'hoja volandera' hacen referencia al carácter masivo y anónimo de sus destinatarios, y metaforizan las capacidades planeadoras del papel y su capacidad de posarse sobre el destinatario, lugar o persona, más insospechado.
Las preciosas palabras 'pasquín' y 'octavilla' han sucumbido ante flyer. “Pasquín” tiene raíz etimológica italiana y debe su origen a la historia de un zapatero en cuyo taller romano se daba de forma desmesurada al paliqueo y a la cháchara corrosiva. En el siglo XIV nació la costumbre de colgar epigramas satíricos y denunciantes sobre aquel mármol llamado 'Pasquino' y de aquí hay un paso al término 'pasquín', que conserva de sus orígenes el sentido de lo anónimo y mordaz. La “Octavila” se refiere a la octava parte del pliego de papel, dimensión habitual del volante.
Destinado a morir con rapidez, el flyer es la versión contemporánea de algunos de los experimentos más radicales del arte contemporáneo y recoge una tradición que contempla desde los affiches dadaístas al arte efímero de los sesenta, como el mail art.
En la época de la guerra digital y electrónica persisten algunos elementos de las batallas clásicas, la percepción del horror o al desguace de los sentimientos y las razones. Durante la guerra de Afganistán, el ejército americano hizo llover sobre los frentes pasquines destinados a triturar psicológicamente a los combatientes con mensajes desmoralizadores e invitaciones a la rendición. También tuvo amplio uso en los Balcanes, en la guerra del Golfo, en Vietnam, en Corea... entre tantos otros.
Fuera de la hoja volandera entendida como arma mercenaria en tiempos de guerra, el pasquín político, social o cultural es una versión civilizada y accesible de ejercer la libertad de expresión. El último ejemplo de su versatilidad es el de las miles de hojas esparcidas con la imagen de los desaparecidos en los atentados de las Torres Gemelas. Un ordenador, una impresora, unas fotocopias.., volvían a ser los medios para lanzar al infinito una llamada de búsqueda que no quería ser un grito de desazón. La fotocopiadora y la cinta adhesiva darán paso a un notable perfeccionamiento estético y facilitarán la multiplicación del mensaje. La tercera revolución ha llegado con los programas informáticos de tratamiento de la imagen que alumbran el flyer, la versión más moderna del más antiguo de los medios de lanzar un grito que se oiga más lejos que la voz.
Si el espacio natural de pasquín fue la calle, el del tríptico fue la galería de arte, y el de la hoja fotocopiada las paredes de las facultades.., el habitat natural del flyer está ligado a los lugares en los que suena ambient electrónico y en los que habita la modernidad urbana.
Nos encontramos hoy ante un flyer con un soporte eminentemente publicitario, donde el diseño gráfico juega un papel fundamental. Podríamos preguntarnos si es sólo publicidad o sólo diseño gráfico, pero nos estaríamos equivocando de pregunta. Lo que hay que preguntarse es hasta qué punto la publicidad y el diseño gráfico conviven en este pequeño papel.
Leer la imagen y concebir un concepto a base de ella. Nueva estética, nuevas sensaciones, lo que a su vez implica un nuevo modo de pensar. El flyer.
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