16 sept 2011

COMUNICARTE con los Colores

EL SIGNIFICADO DE LOS COLORES
(PARTE I) - Historia y Vestimenta
El filósofo Aristóteles (384 - 322 AC) definió que todos los colores se conforman con la mezcla de cuatro colores (los de tierra, el fuego, el agua y el cielo )y otorgó un papel fundamental a la incidencia de luz y la sombra sobre los mismos.
Siglos más tarde, Leonardo Da Vinci (1452-1519) definió al color como propio de la materia, definiendo la siguiente escala de colores básicos: primero el blanco como el principal ya que permite recibir a todos los demás colores, después en su clasificación seguía amarillo para la tierra, verde para el agua, azul para el cielo, rojo para el fuego y negro para la oscuridad, ya que es el color que nos priva de todos los otros.

Isaac Newton, la luz es color

Finalmente fue Isaac Newton (1642-1519) quien estableció un principio hasta hoy aceptado: la luz es color. En 1665 descubrió que la luz del sol al pasar a través de un prisma, se dividía en varios colores conformando un espectro.Consiguiendo así la descomposición de la luz en los colores del espectro. Estos colores son básicamente el Azul violáceo, Azul celeste, Verde, Amarillo, Rojo anaranjado y Rojo púrpura. Este fenómeno lo podemos contemplar con mucha frecuencia.
Así es como observa que la luz natural está formada por luces de seis colores, cuando incide sobre un elemento absorbe algunos de esos colores y refleja otros. “Todos los cuerpos opacos al ser iluminados reflejan todos o parte de los componentes de la luz que reciben.”
Algo que he denomino la magia de los colores.

 

Johan Goethe, reacción humana a los colores

Johann Göethe (1749-1832) estudió y probó las modificaciones fisiológicas y psicológicas que el ser humano sufre ante la exposición a los diferentes colores. Es importante comprender la reacción humana a los colores, y su investigación fue la piedra angular de la actual psicológica del color. Desarrolló un triángulo con tres colores primarios rojo, amarillo y azul. Tuvo en cuenta que este triángulo como un diagrama de la mente humana y relacionó a cada color con ciertas emociones.

Los Colores hablan


A partir de Goethe, varios psicólogos elaboraron un estudio sobre los colores y los efectos que éstos tienen sobre las personas que los usan y quienes los rodean. El color de tu vestimenta puede influir en tu estado de ánimo ,y en cómo los demás te perciben.
Expresando sensaciones, estados de ánimo, propuestas y características de su forma de quiénes somos.
En un día común y sin sobresaltos, a veces nos sentimos incómodos sin razón aparente. Muchas veces, no encontrarse a gusto tiene que ver con el color elegido para vestir. Si no va acorde al estado de ánimo, probablemente genere malestar.
Un color puede: proponer o alejar, atraer o aburrir. Lo que usamos impacta necesariamente en los otros, y los colores elegidos pueden generar desde envidia hasta confianza ante el mundo.

 

AZUL: es un color que agrada mucho. Transmite bienestar, felicidad, calma, buena comunicación, confianza, fidelidad y amor. Sin embargo, también expresa reserva. Es color ideal para una entrevista de trabajo o una presentación; los que te rodeen estarán mejor dispuestos a escucharte

VERDE: es el color de la esperanza, ante todo porque es el tono de la naturaleza y de la vida. A través de él se expresan equilibrio, tranquilidad, juventud y deseo. Pero si su tinte es más apagado puede resultar reservado, como el azul. Los demás te verán como alguien afable y muy confiable.

AMARILLO: el color de la luz, la felicidad y la fortuna, pero a pesar de ello es uno de los tonos menos usados para vestir. Quizás sea porque transmite adolescencia, risa y placer, instancias normalmente breves o postergadas en las vidas modernas. Cuando te vistas de amarillo estarás con ganas de experimentar y gozar de la vida. El optimismo y la energía positiva te invadirán. Los demás te verán como una persona dulce, tierna, con ganas de vivir y que cree en la felicidad.

VIOLETA: es el color de la aristocracia y la dignidad. Su tono habla de una ausencia de tensión y de autocontrol. Lo usan los eclesiásticos para generar confianza, pero también un cierto poder.

ROJO: es el ego, la pasión, el amor, la acción y, en ciertos momentos, la agresión y el peligro. Es un color que dialoga de distintos modos con los otros, según la intención del que lo lleva. Siempre es extremo. Cuando elegimos rojo, somos conscientes de que lo llevamos. Quienes te rodean te percibirán como una persona abierta y espontánea, además de muy segura de ti misma.

NARANJA: simboliza el placer, la risa y la euforia. Sin embargo, al igual que el amarillo, no es muy usado. Con el naranja se trasmite mucho regocijo y ánimo de fiesta. De alguna forma inconsciente, a las personas les cuesta transmitir despreocupación y ligereza, y por ello no se encuentran normalmente cómodas con estos tonos efervescentes.

ROSA: es un color muy llevado por las niñas y adolescentes. Y en sus versiones pálidas, por algunas mujeres. En el caso del adulto, denota mucho la personalidad. La vestimenta rosa habla de ingenuidad, bondad, ternura y ausencia de todo mal; es volver a la infancia. El día que vestís de rosa estás dispuesto a jugar, a reírte y a dejarte llevar sin pensar tanto en las consecuencias. A los que te rodean les darán hondos deseos de mimarte y cuidarte.

MARRÓN: son reductores del estrés y se asocian también a la naturaleza y la simplicidad. Estos tonos tierra invitan a la comunicación y reconfortan.

GRIS: Para trabajar o acudir a una entrevista de trabajo se utiliza mucho el gris. Es neutro, habla de elegancia y respeto. Pero abusar de él también puede significar vejez, melancolía, aburrimiento y desánimo.



BLANCO: es el color de la paz y la pureza. Usado por las enfermeras, los médicos y las novias. Genera paz e inocencia. Transmite estabilidad y divinidad. Es un color que se lleva más en verano, especialmente durante las vacaciones, y muestra un estado de armonía. Quienes lo prefieren son personas fáciles de conocer y no se andan con vueltas para aparentar lo que no son. El blanco dice de una persona que está abierta a la comunicación y que está en paz consigo misma y con los demás. Los otros perciben a alguien vestido de blanco como amigable y poco agresivo.

NEGRO: es el opuesto a la luz, clásico y elegante. Es un tono del que hay que cuidarse ya que habla mucho del estado anímico. En una etapa de autoestima alta y bienestar transmite poder, elegancia, nobleza o simplemente recuerda a la noche. Pero las personas también arrastran con el negro las palabras separación, tristeza, seriedad y muerte. Quienes te rodean te percibirán como alguien con clase y elegancia, pero también distante, fría y con pocas ganas de compromiso.
Elegir los colores que mejor nos representan nos harán sentir cómodos.
Ser fieles a nuestra personalidad y respetar nuestro estilo son factores que se reflejan ante el mundo y provocan que nos movamos mejor por la vida y tengamos mayor confianza en nosotros mismos.

Así que la próxima vez que estés parada frente al armario pensando ¿qué me pongo hoy?

¡Piénsalo bien!

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